Lo prometido es deuda, y aquí estoy de nuevo, con el propósito de anotar alguna de las impresiones de la jornada.
Sigo mostrándome ampliamente escéptico con respecto a ese futuro idílico y maravilloso que presenta las bibliotecas del futuro próximo -que para entonces ya no serán bibliotecas y se habrán convertido en CRA's- casi como ludotecas, que no se como nuestros más altos planificadores institucionales tendrán previsto denominar a diez o quince años vista.
Vídeos como el que ayer veíamos de la Junta de Castilla La Mancha, cuyos contenidos supongo serán extrapolables al resto de autonomías, pecan, según anoté y aunque a personalmente me encantaría que así llegase a ser algún día, de exceso de autobombo al nominar a las bibliotecas como motor del desarrollo de la sociedad.
No es cierto, o al menos lo es tanto como la libre elección de médico o de colegio para tu hijo, la segunda o tercera modernización (ya perdí la cuenta) o la constitucionalmente proclamada igualdad de todos ante la Ley. Seamos serios y pongamos los pies en el suelo. Insisto, es una utopía que a todos los que nos hemos preocupado de llevar a ellas a nuestros críos para introducirlos en los misterios de la tinta y el papel nos gustaría ver algún día cumplida; pero mucho me temo que tal aserto está destinado a convertirse en una más de aquellas mentiras que -aún a fuerza de mucho repetirlas- no se llegan a convertir en verdades.
Creo que debo consignar en estas líneas que el tiempo, o en su defecto cualquier virus, se encargará de borrar, que, efectivamente, estamos trabajando con unas herramientas muy dinámicas cuya utilidad y espectacularidad se nos hacían evidentes durante la clase de ayer. Dominarlas a priori no debería convertirse en una tarea demasiado complicada, y podemos considerar que incluso es divertido -demasiado, podría añadir- trastear con ellas y utilizarlas como medio de expresión casi en tiempo real.
Pero al final es tiempo, y, como decían los de Estopa "lo que no sobra nunca siempre es el tiempo", y esto se come mucho, mucho tiempo de ese que nunca sobra.
Y ahora voy a ver si soy capaz de borrar lo que hice el otro día en la wiki.
jueves, 1 de noviembre de 2007
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