viernes, 19 de octubre de 2007

Visita al fondo antiguo de la U.S.

Habíamos conseguido cerrar la visita al fondo antiguo de la biblioteca de la Universidad de Sevilla. La cita era a las cuatro, de modo que a las cuatro menos diez habíamos quedado en la puerta, confiando en que por la tarde habría menos problemas para encontrar aparcamiento.

Craso error... No contamos con el turno de tarde. De modo que la parte del grupo que consiguió llegar a las cuatro y esperaba en la puerta del edificio -o sea, yo- decidió aventurarse por la laberíntica maraña de pasillos y escaleras del edificio de la antigua fábrica de tabacos en busca de nuestro contacto.

Tras un par de idas y venidas, justo cuando estaba a punto de pulsar el botón de llamada del ascensor para subir a una insospechada tercera planta, apareció el resto del grupo -o sea, Jara- que, evidentemente, había tenido menos suerte a la hora de aparcar. Recuperado el resuello, subimos...

Y creo que hasta aquí puedo contar. El resto de la visita, por otro lado sumamente interesante, se desarrolló en una rapidísima sucesión de datos sobre incunables, fechas de catálogos bibliográficos, topobibliográficos, número de volúmenes, procedencia... alrededor de mil manuscritos, creo que unos 300 incunables y, un momento, que voy a mirar en el catálogo... más de 40.000 volúmenes anteriores a 1801.

Así pasamos de la sala de investigación a las instalaciones donde se está llevando a cabo el proceso de digitalización que permitirá reducir en buena parte la consulta directa de los documentos más deteriorados y/o valiosos; y luego al depósito, al que -tras dejar las bolsas en la entrada y considerando que sólo éramos dos- excepcionalmente, según nos confesaba nuestro guía, se nos permitió la entrada.

Acompañados por sus comentarios, fuimos bajando desde la planta superior, observando en el recorrido alguna de las obras que el consideraba más interesantes o llamativas. En el trayecto nos fue ofreciendo detalles sobre distintos tipos de encuadernación. mostrándonos algunos Atlas profusamente ilustrados; varios incunables en distinto estado de conservación, sobre los que nos mostró la forma en que los italianos para diferenciar su obra impresa de la procedente de Alemania habían introducido la letra humanística en sustitución de la gótica; volúmenes con muestras de haber sufrido los ataques de algún desaprensivo; un par de ediciones del Catálogo de Libros Prohibidos, acompañados por de varios volúmenes que consiguieron escaparse de la pira pero que mostraban en su interior los efectos de la censura eclesiástica, curiosamente no presente en varios de los que nos presentaba como procedentes de la biblioteca de los Jesuítas.

Miles de volúmenes apartados de la vista del público, almacenados en dependencias de acceso restringido, sólo consultables bajo petición y ante la atenta mirada -supongo que todavía más atenta tras los incidentes de la Biblioteca Nacional- de los bibliotecarios. Podemos considerarlo justificado si tenemos en cuenta el valor de las piezas que alberga, pero ciertamente este fondo antiguo y su forma de gestión serían el "opositum per diametrum" del concepto moderno de CRAI con el que nos estamos familiarizando en las últimas semanas.

sábado, 13 de octubre de 2007

Google Books: Buscando a Halperín

Tulio Halperin Donghi es un prestigioso historiador argentino cuya obra usamos como guía en la asignatura Historia Contemporánea de América Latina. Al introducir su nombre en Google books aparecen 716 resultados en 0.15 segundos.

Confesaré que no he revisado exhaustivamente las 45 páginas de resultados, pero después de hojear las primeras cinco y otras diez o doce salteadas, parece ser que entre los múltiples recursos ofrecidos: monografías, revistas, boletines, actas de congresos… aparecen sólo dos o tres artículos en revistas especializadas y no más de cuatro o cinco de los como mínimo ocho libros que publicó entre 1957 y 1996.

La mayoría de las referencias mostradas son citas respecto a alguna de sus obras, que al picar sobre ellas muestran directamente el fragmento en el que aparece el nombre del autor. Junto al párrafo aparece la reseña de la obra en la que aparece, enlaces a bibliotecas y, por supuesto, a librerías donde se puede encontrar.

En el faldón inferior de la primera página, ofrece el catálogo de la biblioteca, picando en el cual si aparece, efectivamente, su bibliografía completa. A partir de aquí selecciono el título del que estamos usando como manual en la asignatura: "Historia contemporánea de América Latina"

El enlace a la REBIUN muestra las ediciones disponibles en los catálogos de una serie de bibliotecas, una de 1990, catalogada en la Universidad de Barcelona, en la Comillas de Madrid, en la Pompeu Fabra, en la de Salamanca y en la de Santiago.

Autor: Halperín Donghi, Tulio
Título: Historia contemporánea de América Latina / Tulio Halperín Donghi
Edición: 13ª ed
Editorial: Madrid : Alianza, cop. 1990
Descripción física: 774 p. ; 19 cm
Colección: El Libro de bolsillo (Alianza) ; 192. Humanidades
Notas: Bibliografia
Materias:
Història
S. XVII-XX
Amèrica Llatina -- Història -- S. XIX-XX
Amèrica Llatina

Otra de 1997, que aparece en un total de 44 de las bibliotecas presentes en la citada red, que no tengo intención de enumerar. Cuando por curiosidad picas en el catálogo de la UPO, los datos no concuerdan con los ofrecidos (consta como la 14 edición, con fecha de 1993).

Autor: Halperin Donghi, Tulio
Título: Historia contemporánea de América Latina / Tulio Halperin Donghi
Edición: 1 ed, 15 reimp
Editorial: Madrid : Alianza Editorial, 1997
Descripción física: 548 p. ; 18 cm
Notas: Bibliogr.:p. 539-548
ISBN: 8420611921
Materias:
América latina Historia Siglo 20

Y otra sin fecha, que resulta ser de 1981, que sólo aparece en los catálogos de la Universidades de Cádiz y Valladolid.

Autor: Halperin Donghi, Tulio
Título: Historia contemporánea de la América Latina / Tulio Halperin Donghi
Edición: [9 ed.].
Editorial: Madrid : Alianza, 1981
Descripción física: 549 p. ; 19 cm
Colección: El libro de bolsillo. Humanidades ; 192
ISBN: 8420611921
Materias:
América Latina Historia SS. XVIII-XX

No he querido indagar más. Revisar los registros de cada catálogo para mostrar las diferencias que -según queda a la vista son evidentes- aparecen entre ellos podía llevar demasiado tiempo y no es el tema que nos ocupa de momento.

La herramienta es potente, y su funcionamiento muy interesante, pero no se cómo pueden afectar esos pequeños desfases a la precisión de una búsqueda bibliográfica. Además hemos de tener en cuenta que, como comentábamos el miércoles, en muchos casos te ofrece sólo un acceso limitado a los textos y no cuenta con capacidad de consulta respecto a toda una serie de recursos sujetos a tarifas comerciales.


Bueno, esto es todo... de momento.

miércoles, 3 de octubre de 2007

Por cierto ¿Qué es una biblioteca?

Y esa ha sido la cuestión planteada hoy, que de momento cierra este recien inaugurado blog, engendro internaútico que puedo prometer y prometo* jamás me había siquiera planteado desarrollar y que en los planteamientos de la asignatura viene a convertirse en testigo -chivato traidor-de la dedicación más o menos contínuada que se exige en las páginas del programa.

La audición de un corte de un programa de radio en el que procedía a la presentación de un libro, cuyo título (acabo de intentar buscar el link en el powerpoint de ayer, pero en la nueva webCT aparece un mensaje de "actualmente no dispone de cursos") de alguna forma relacionado con las bibliotecas, había de darnos pié para discernir, a través de los distintos temas que a lo largo de la entrevista con el autor iban surgiendo, las características principales de una Biblioteca, los elementos que de alguna forma vienen a definirla.

A pesar de las pésimas condiciones de la escucha, conseguimos ir pillando algunas cosas, que parece ser no iban demasiado descaminadas:

Una biblioteca, me pareció entender, es, fundamentalmente, una colección -sólo una, independientemente de la diversidad del material integrado en su fondo- que dificilmente podía pensarse de otra cosa que no fueran libros, si nos refiriésemos a la biblioteca de hace apenas un par de décadas; pero que en la actualidad debe de forma necesaria abrirse a cualquier tipo de soporte.

Una biblioteca no es concebible sin bibliotecarios, sin personal formado, especializado en su gestión y administración... y -aunque ello vino a suscitar cierto debate- en la selección del material. Una selección que el bibliotecario debidamente adiestrado va a realizarde forma responsable de cara a cubrir las necesidades de los distintos ámbitos de potenciales usuarios.

Igualmente era imposible, dado tal vínculo con el libro como elemento sine que non el entender una biblioteca sin unas instalaciones más o menos extensas, un lugar físico en donde reunir y conservar sus fondos y desde donde difundirlos. A estas alturas la biblioteca virtual se presenta a medio plazo en el horizonte de lo posible, a la vez que el libro deja de ser elemento exclusivo para convertirse en uno más -por supuesto importante, pero no único- en los nuevos planteamientos que han de conducir a la biblioteca a convertirse en centro de recursos para el aprendizaje y la investigación.

Centros donde junto a la tradicional sala de consulta convivirán espacios multimedia, zonas verdes, aulas de trabajo, puntos de conexión, servicios de asesoramiento y formación... Un espacio complejo, polivalente y multifuncional que persigue la gestión total de la información y las fuentes de conocimiento.

O, más o menos, eso fue lo que me pareció entender...




* Celebre coletilla que a los más jovenes del grupo probablemente no les suene demasiado (para información complementaria respecto al personaje a quien tal frase ha quedado asociada http://es.wikipedia.org/wiki/Adolfo_Suarez).

Las bibliotecas del siglo XXI

Tal era el tema que se nos proponía como primera entrada para este blog nuestro de cada día. Un poco pillado de tiempo -como siempre a lo largo de estos últimos años- después de llegar del trabajo y comer como los pavos; aprovechando que las clases comenzaban a las cinco, respiraba hondo e intentaba concentrarme.

Creyendo que en algún momento de la clase se procedería a una especie de puesta en común, me esforzaba en garabatear algunas ideas sobre el papel, que luego, y no sin cierta dificultad, comenzaban a tomar forma en el procesador de textos del ordenador...

Para llegar al futuro siempre es prudente -pienso- apoyar fuertemente al menos un pie en el presente. Este presente, ya casi pasado, hace que la biblioteca que hasta el momento hemos conocido se perfile como un recurso de fiabilidad en base a la criba y selección del material que pasa a integrar parte de su más o menos extensa, dependiendo de los casos y las circunstancias, colección; el referente al que en última instancia te terminas por dirigir después de navegar durante horas en Internet y no conseguir los resultados que deseabas.

Y es este papel -creo- el que fundamentalmente la biblioteca debe pugnar por mantener y afianzar en un futuro que se nos está echando encima a pasos agigantados. Un punto de referencia fiable que se convierta en concentrador y administrador de ingentes volúmenes de información.

Un centro capaz de atender a sus usuarios ofreciéndole los recursos solicitados, pero que además sea capaz de proporcionar información sobre como localizarlos; un centro que ofrezca las infraestructuras y herramientas, tanto físicas como lógicas, necesarias para la consulta tanto "in situ" como "on line", una vez que a estas alturas de siglo una conexión a la red te proporciona el acceso a casi cualquier sitio sin levantarte de tu mesa de trabajo, máxime considerando que a estos efectos un documento mantiene o puede incluso incrementar su valor informativo de forma independiente a su soporte, como cuando, por ejemplo, un avejentado y deteriorado pergamino, dificilmente accesible a la consulta se ve reemplazado o complementado por una copia digitalizada accesible en tiempo real y de forma simultánea por cientos de personas.

Biblioteconomía: el nombre impone.

Suena a polvo acumulado, a bibliotecaria con moño y antiparras sobre la punta de la nariz, a anaqueles vencidos por el peso de los volúmenes y el paso del tiempo, a carteles de silencio por favor...

Ha pasado una semana desde nuestro -al menos para mí si lo ha sido- primer encuentro con la asignatura. Con estos días por medio para hacerme una mínima composición de lugar parece que, y espero no equivocarme demasiado, lejos de esa supuesta "terribilita" la materia puede llegar a ser hasta interesante y me atrevería a vaticinar que incluso entretenida.

Nos hemos presentado, como no podía ser de otra forma en esta primera sesión del curso, hemos estado charlando un rato, repasando el programa e intercambiando nuestras primeras opiniones -no demasiadas dado lo reducido del grupo- sobre el pasado, el presente y el futuro de las bibliotecas.

Elaboración de Blogs, confección de wikis, sindicación de contenidos... Esto, definitivamente, no son estanterías polvorientas y olor a humedad.